martes, 5 de abril de 2011

PROFESION DOCENTE E IDENTIDAD


En esta lectura el autor Eduardo Remedi, considera necesario estudiar con mayor cuidado los factores que están presentes tanto en la formación, como en la práctica de los maestros, a fin de aproximarse a la identidad de la profesión docente. El autor señala  que para los profesores es difícil confrontar las condiciones de su oficio y caracterizar la actividad especifica de su ejercicio, de tal manera que no hay un sentido social unificado acerca de las características sociales y subjetivas de la actividad docente o de sus destinatarios precisos. Son los alumnos, la institución o la sociedad los que de manera indiferenciada y abstracta se presentan como el objeto de las funciones del docente e incluso de sus aspiraciones.
¿Como viven entonces los sujetos que ejercen la profesión docente esta ambigüedad o entrecruzamiento de imágenes de lo que es o ha de ser su actividad?
Un primer elemento  que sobresale en una entrevista realizada a un docente, es el hecho de que su actividad refleja e incorpora en algún lado, significados de lo que socialmente se espera de sus funciones, del papel percibido por el docente sobre el carácter de su desempeño profesional y por el papel desempeñado efectivamente en su quehacer.
En la misma entrevista, cuando al docente se le pregunta cual es su profesión, contesta: “Actualmente yo estoy relacionado mas con la enseñanza que con mi profesión, actualmente yo creo que estoy desligado de mi profesión, de lo que realmente yo pretendí ser, creo que la carrera de matemático no es ser maestro.”
El reconocimiento por parte del maestro de que su actividad esta ubicada en un lugar distinto  al que aspiraba, marca sin duda su identidad como docente. Él sabe que dedicarse a la enseñanza no le permitirá realizar una actividad científica reconocida, delimitada y valorada socialmente. El sentimiento de haber pretendido ser algo que no se es, marca en algún sentido su hacer en la negación, la incertidumbre y la frustración.

Incluido en una profesión no elegida, ambigua en sus fines y tareas, para definir o describir su actividad como docente,  se ve en la necesidad de recurrir a una construcción subjetiva, cuyo componente central es el “deber ser” de la educación y la aspiración de resolver dificultades en el aprendizaje: disgustos y satisfacciones, transmisión de un saber y control de resultados se entremezclan para justificar, aunque sea contradictoriamente, su hacer.
El maestro se ve siempre identificado individualmente. Centrado en la idea de adquirir habilidades para enseñar, necesita otorgar a la docencia una significación imaginaria que la haga aparecer como espacio de creación, donde se comprometerá ésta con el éxito o el fracaso, el resultado estará planteado en referencia con el buen o mal desempeño en el aula.
La educación queda planteada,  así,  como resolución de problemas, según otro maestro que fue entrevistado: “La educación es muy atractiva por la serie de dificultades que representa… la dificultad es que no hay exactamente un método el cual se aplique para lograr mejores resultados, a veces cuando uno cree que tiene un buen método, son otras las razones que hacen sentir a uno el fracaso y eso te impulsa a buscar nuevas ideas. En la educación pues, la búsqueda es que el alumno vea que al evaluarlo, ha adquirido conocimientos fuertes, sólidos, bastantes”.
El maestro necesita creer que la razón de ser de su actividad es el alumno, por que éste le permite no solo dosificar el contenido o saberes necesarios, sino determinar cuando el alumno aprense por si mismo. En la posibilidad de seguir dando esta la justificación de su acción.
 
En la lectura anterior escribí que el maestro necesitaba ser responsable, estar comprometido con su trabajo  y tener vocación, si mal no recuerdo, pero después de esta lectura, me he dado cuenta que a todo lo anterior le hacia falta un ingrediente: “La identidad docente”,  el encontrar una justificación a los que haces, el reconocer que es lo que te hace feliz de lo que haces día a día.
Ciertamente para todos los que estábamos en otra profesión y nos inclinamos por la docencia, nos apartamos de ostentar títulos como gerente de sistemas, desarrollador de software, etc. Pero el simple hecho de que en la calle el niño jale a su mamá o papá para ir a decirte “hola miss” o aunque ya no le des clases siempre vayas a ser su maestra, creo que tiene su valor, de nosotros como docentes depende identificarnos plenamente con el papel que desarrollamos, hacer nuestro mejor esfuerzo y como dice la caricatura que puse al final… nada debe desalentarnos y apartarnos de nuestro camino…. La enseñanza.
Les voy a contar brevemente lo que me paso en mi primer entrevista de trabajo, que casualmente era en una escuela y que puede que nos ayude con este asunto de la identidad: “El director me dijo, antes de hablar de cualquier otra cosa, quiero hacerte dos preguntas: “¿Por qué quieres ser maestra?, ¿Por qué crees que te gustaría ser Maestra?”. Les invito a que ustedes también respondan a esas preguntas, que en aquel entonces casi me hicieron salir corriendo de dicha escuela.

Isis Massiel Rebolledo Brito
4º "A"
UPN